Con toda modestia debo advertir que nada es inventado. Ángeles, sombras, voces, liras de nieve y sueños existen y vuelan entre nosotros, tan reales como la lujuria, o las monedas que llevaís en el bolsillo...
Venís al teatro con el afán único de divertiros y teneís autores a los que pagaís, y es muy justo, pero hoy el poeta os hace una encerrona porque quiere y aspira a conmover vuestros corazones enseñando las cosas que no queréis ver, gritando las simplísimas verdades que no queréis oir.
¿Por qué? Si creéis en Dios...¿por qué tenéis miedo a la muerte? Y si creéis en la muerte, ¿ por qué esa crueldad, ese despego al terrible dolor de vuestros semejantes?...
...Sobre todo a vosotros, gentes de ciudad, que vivís en la más pobre y triste de las fantasías. Todo lo que haceís es buscar caminos para no enterarse de nada... para no ver el inmenso torrente de lágrimas que nos rodea cubrís de encanjes las ventanas; para poder dormir tranquilos y acallar al perenne grillo de la conciencia inventaís las casas de caridad.
¡Sermón!, sí ¡sermón! ¿ Por qué hemos de ir siempre al teatro para ver lo que pasa y no los que les pasa?
El espectador está tranquilo porque sabe que la comedia no se va a fijar en él...
El olor de los lirios blancos es agradable pero yo prefiero el olor del mar... Pero ¿ cómo se llevaría el olor del mar a una sala de teatro o cómo se inunda de estrellas el patio de butacas?
" Comedia sin título"
(obra póstuma)
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